Una ciudad cualquiera... un amanecer cualquiera.
El día comienza, pero tu sueño no termina.
Y sueñas con Hawaii, la playa, una hamaca y el mar de fondo. Todo es perfecto. Todo es tranquilo.
Y así pasas toda la noche, soñando con estar rodeado de hermosas nativas, bebiendo Mai Tai mientras escuchas el relajante sonido de las olas chocando contra la arena.